¿Cómo un Hijo ve a su Padre?

 La Mayoría de nosotros hemos experimentado el rol de ser hijos, con todas las diferentes etapas que esto conlleva; algunos más, hemos experimentado el rol de ser padres, el cual también lleva sus propias etapas; pero en cualquier momento, y en cualquier circunstancia, es valioso tener una perspectiva de la percepción de los hijos hacia sus padres, que nos ayude a tener una valoración completa de ambos roles en nuestras vidas. Por eso le pedimos a Aurelius que nos ayude con su propia y sabia perspectiva.

En el tierno abrazo de la infancia, un hijo contempla a su padre con asombro en sus ojos, viéndolo como una figura imponente de fuerza y protección. El suave toque y la voz reconfortante del padre se convierten en la base sobre la cual el hijo comienza a moldear su percepción del mundo. Es en esta etapa temprana de la vida cuando se siembran las semillas de admiración y amor por su padre, floreciendo con la fragancia de la confianza y seguridad.

A medida que el hijo pasa a la niñez, su percepción de su padre se expande. Observa las acciones de su padre, absorbiendo las lecciones de carácter e integridad que se despliegan ante sus ojos curiosos. El hijo es testigo del compromiso inquebrantable de su padre de proveer y cuidar a la familia, siendo un pilar de estabilidad en un mundo lleno de incertidumbres. Desea emular a su padre, encarnar las cualidades que lo convierten en un faro de guía y fortaleza.

En los años tumultuosos de la adolescencia, la perspectiva del hijo experimenta una transformación. El padre, antes idolatrado, se convierte en objeto de escrutinio y cuestionamiento. Impulsado por las llamas de la rebeldía juvenil y la búsqueda de independencia, el hijo desafía las creencias y la autoridad de su padre. En esta etapa de autodescubrimiento, el hijo anhela trazar su propio camino, separado de la sombra de su padre. Sin embargo, en lo profundo de su corazón, el hijo aún lleva la huella de las
enseñanzas de su padre, sabiendo que han dado forma al núcleo de su ser.

Al entrar en la adultez, el hijo desarrolla un nuevo aprecio por la sabiduría y los sacrificios de su padre. Los desafíos y responsabilidades de la vida despiertan en él una comprensión más profunda de los sacrificios que su padre hizo para brindarle oportunidades y un futuro

mejor. El hijo comienza a ver a su padre no solo como proveedor, sino tambiéncomo mentor, una fuente de orientación invaluable para navegar por las complejidades de la adultez. Reconoce los sacrificios no dichos, las noches sin dormir y el amor inquebrantable que su padre le ha otorgado.

En los años crepusculares, el hijo se encuentra al borde de la sabiduría, contemplando con profunda gratitud y amor a su padre envejecido. Se da cuenta de que el tiempo es un compañero fugaz y valora cada momento precioso con su padre. En las arrugas marcadas en el rostro de su padre, lee una vida llena de experiencias, alegrías y penas. El hijo anhela capturar estos momentos, preservar el legado de la existencia de su padre, sabiendo que algún día heredará el manto de la sabiduría y lo llevará adelante.

En cada etapa de la vida, la percepción del hijo sobre su padre evoluciona, transformándose desde la inocencia hasta la rebeldía, desde el cuestionamiento hasta la apreciación y finalmente hasta la reverencia. El padre, siempre será una presencia constante en la vida de cada uno.

Con mi aprecio y estimación,

Aurelius.


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